El desembarco de San
Martín en Paracas (1820)
La llegada de San Martín al Perú no era planeada, su plan
original era invadir Chile con el ejército integrado por los restos del
ejército chileno derrotado en Rancagua, las tropas argentinas se pusieron a su disposición,
el plan consistía en la invasión y liberación de Chile, en el siguiente embarque
por el mar hacia el Perú para que termine con la presencia española en esa
parte del mundo.
Consolidada la independencia de Chile, se pudo armar la
Expedición Libertadora del Perú, la fuerza militar creada en 1820 por el
gobierno de Chile independiente, acordándose sobre la conformación de gastos y
el desarrollo, que debería ser reintegrados y asumidos por el gobierno independiente
que se consolidaría en el Perú en los años posteriores.
En la alta mar, el general San Martín informó al jefe de la
escuadra su intención de desembarcar en Trujillo, al norte de Lima, pese a que
propuso desembarcar muy cerca a Lima para un ataque inmediato, finalmente
se decidió por desembarcar en Paracas, bahía cercana a Pisco. Así, en la
madrugada del 8 de septiembre de 1820, el Ejercito Libertador desembarco en la
playa de Paracas, demorándose para bajar a tierra con la mayor cantidad de provisiones
y pertrechos.
Da reconocimiento de esta acción, los 529 realistas que se
encontraban al mando del coronel Manuel Quimper huyeron del lugar. Por la tarde
el General San Martín y sus tropas entraron al pueblo y todos ellos fueron
aclamados por toda la multitud, gracias a ello recibieron muchos voluntarios
que se alistaron desde ese mismo día en el ejército. El cuartel general fue
establecido en una vivienda al centro de Pisco, hoy en día está convertida en
un museo que se rememora a la gesta patriótica. Ese día el libertador lanzó una
proclamación al pueblo peruano, anunciando que el gobierno español está por terminar
en el Perú, porque las circunstancias así lo demandaban, y por ello los
patriotas crecían en número, y el Ejército Liberador ya tenía una meta sagrada.
La llegada del ejército de San Martín alarmó al virrey y a
todos los realistas, cuyas fuerzas militares se daba a calcular unos 20.000
integrantes en toda la extensión del virreinato, encontrándose al ejército en
la capital virreinal. Por su parte San Martín envió de inmediato una división al
mando del general Juan Antonio Álvarez de Arenales con destino hacia Lima, por
la ruta de la tierra, con el propósito de insurreccionar a las poblaciones en
el recorrido que emprendió.
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