San Martín inicia su carrera militar, ingresando el 9 de julio de 1789 al regimiento "Murcia" como cadete con apenas 11 años.
El 19 de junio de 1793 es nombrado segundo subteniente del regimiento de infantería de Murcia. Un año más tarde, el 28 de julio de 1794, ascendió a primer subteniente, subiendo en el escalafón el 8 de mayo de 1796, cuando es nombrado segundo teniente en medio de los combates. En esa etapa participa en campañas en África y Francia, en el contexto de la revolución francesa.
Estuvo en el Ejército del Rosellón, donde aprendió muchas lecciones del General Ricardos, siendo este el más táctico e inspirador de los generales españoles de aquella época.
Ya en Cartagena, una carta del 14 de setiembre de 1798 felicitaba la conducta de los integrantes de la fragata Dorotea, de la que San Martín formaba parte.
En 1802, como segundo ayudante en el batallón de "Voluntarios de Campo Mayor", participó en la guerra contra Portugal. En ese contexto participa en las campañas contra Gran Bretaña, época en la que es ascendido a capitán segundo del batallón de infantería ligera de Voluntarios de Campo Mayor.
Destacando en el combate en la Posta de Arjonilla y en la batalla de Bailén, por su última actuación fue ascendido a teniente coronel y condecorado con la Medalla de Oro de los Héroes de Bailén. También combatió en la batalla de Albuhera (1811) donde derrotaron a los franceses.
Sus hazañas lo hacen merecedor de ser nombrado capitán agregado al regimiento de caballería de Borbón, en julio de 1808. El mismo día, el marqués de Bailén concede un escudo a distinción a todos los sargentos, cabos y soldados dirigidos por San Martín en batalla.
El 11 de agosto de 1808 asciende a teniente coronel de caballería del regimiento de Borbón mientras que el 25 de enero de 1810 la junta suprema lo convierte en ayudante del general Coupigny. Su etapa española culminó el 26 de junio de 1811, cuando se convirtió en agregado de comandante del regimiento de dragones de Sagunto. San Martín renunció a la carrera militar el 6 de setiembre del mismo año, cuando la Revolución de Mayo en Buenos Aires se tornó como una posibilidad para los militares criollos con trayectoria en Europa.
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